Linaje Castro (Oteros del Esla-León)
La ciudad de León fue corte durante 230 años, capital y centro de la España Cristiana. Fue sede de la espiritualidad y del saber hispánico desde la recuperación (1063) del cuerpo de San Isidoro, obispo de Sevilla y autor de las “Etimologías”, por la reina Sancha de León y su esposo Fernando I de Castilla.
Fue centro de la grandeza española. Las cortes de León proclamaron (1135) emperador a Alfonso VII, el único que ha tenido España porque el gran Carlos I fue Rey de España y Emperador de Alemania.
A mediados del siglo IX, Alfonso III el Magno estableció en León su Consejo de Justicia, su hijo García trasladó (910) la corte de Oviedo a León, y su otro hijo Ordoño II lo confirmó (914). Con la reina Sancha terminó la dinastía astur-leonesa, iniciada en D.Pelayo.
En 1230 muere Alfonso IX, nieto de Alfonso VII, y León pierde el rango de capital del Reino en favor de Fernando III el Santo hijo de Alfonso de León y Berenguela de Castilla, bisnieta de Alfonso VII. El viejo Reino de León se une definitivamente a Castilla que toma el protagonismo a mayor gloria de España.
La grandeza de León pasó pero quedan los mitos de sus héroes caballerescos: Guzmán el Bueno (Tarifa 1292), Suero de Quiñones (Orbigo 1434), etc. Permanece la Historia y el Abolengo que es la substancia de nuestra aristocrática tradición señorial, de casta le viene la hidalguía. El abolengo quedó, como los sellos de cera y de plomo, colgando de los pergaminos de fueros y privilegios, en la corona que campea sobre la melena del león de los escudos, en las viejas piedras de la catedral y en los pocos restos de casas blasonadas pertenecientes a los linajes que fueron protagonistas de la etapa más dura de la Reconquista de España.
El Poeta Pedro Vecilla (Siglo XVI) en su poema épico “León de España” recuerda los apellidos nobiliarios leoneses procedentes de nuestra montaña:
Osorio, Ponce, Lorenzana, Quiñones
Guzmán, Luna, Acuña, Castañón
Castro, Omaña, Salazar, Quiros, etc.
La noble familia de los Castro ha sido protagonista de trágicos episodios, casi novelescos, en los periodos más interesantes de la historia de León.
Sancho III de Castilla el Deseado, hijo y heredero de emperador Alfonso VII, nombró (1158) ayo y tutor de su hijo Alfonso al muy noble caballero leonés Gutierre Fernández de Castro.
Los Lara, de León, enemigos de los Castro, se alzaron con la tutela de príncipe Alfonso, pero los Castro liderados por Fernando Ruiz de Castro, sobrino de Gutierre, lucharon contra los Lara en sangrienta guerra civil hasta que Fernando II de León intervino con el nombramiento de Fernando R. de Castro como gobernador de Toledo, pero no logró terminar con el odio entre ambas familias.
Fernando II casó a Castro con su hermanastra la infanta Estefanía, hija bastarda del Emperador Alfonso VII. La infanta, enterrada en la Real Colegiata de San Isidoro, fue víctima inocente de una espantosa tragedia. Una doncella, disfrazada con un vestido de la infanta, acude a una cita amorosa en el Palacio. Fernando de Castro creyó que su esposa le era infiel y la mató con su propia daga. El desdichado parricida acudió al rey pidiendo ser degollado pero fue perdonado (1180) al comprobar su error y su dolor.
Pedro Ruiz de Castro, el Castellano, nieto del emperador Alfonso VII y príncipe de grandes méritos acabó su vida santamente siendo canónigo de San Isidoro.
Teresa Ruiz de Castro, casada con el Adelantado Pedro de Guzmán, fue la madre de Alonso Pérez de Guzmán, el Bueno, héroe del sitio de Tarifa, símbolo de lealtad y deber cumplido a costa del propio corazón, asombroso sacrificio de su hijo como Abraham. Es la estampa del triunfo de los valores morales sobre todas las cosas de la tierra. Alonso, encargado de la defensa de Tarifa por Sancho IV fue atacado por el rey de Granada y sus aliados benimerines, prefirió sacrificar la vida de su hijo, en poder de los moros, antes que entregar la fortaleza.
Alfonso XI (1310-1350) reconstruyó las murallas de León con apoyo de canónigos y regidores. En el siglo XIV fueron célebres los regidores Juan Ramírez de Guzmán, Pedro Núñez de Guzmán y Pedro Álvarez Osorio, así como Leonor de Guzmán, amante de Alfonso XI y madre de Enrique II (1369-1379), fundador de la dinastía trastámara (Reyes Católicos) después de vencer a su hermanastro Pedro I el Cruel (1350-1369) en los campos de Montiel con ayuda de las Compañías Blancas de Bertrand de Gueselin. También suena en la historia el nombre de Beatriz Ponce de León, amante de Enrique II, que edificó un palacio en la calle de la Rua de los peregrinos francos a Santiago, del que no queda ningún rastro.
Y la aventura insólita de la calle Matasiete de León, en un siglo de grandes hazañas caballerescas de capa y espada. Don Gutierre F. de Castro es el líder de los leales al rey, recibe en sus casas a los amigos de Alfonso XI. El rey llega a León, arrostrando las asechanzas de los infantones traidores, para visitar a la hermosa dama Leonor de Guzmán, en el palacio “Casa de los Guzmanes”.
D. Gutierre y D. Gil vigilan las encrucijadas de la ciudad y conocen la conspiración que se trama en la casa de los Omañas para matar al rey. Lucha fantástica en la calle Matasiete, muere D. Gil y quedan a salvo el honor de la dama y la vida del rey.
El interés histórico y pintoresco de la hazaña de D. Gutierre da prestigio romántico al viejo barrio, hoy día visitado por leoneses y turistas en las horas de los faroles. Callejeando desde la plaza del Mercado a la calle Matasiete, todavía puede verse algún escudo (seis roeles) con el blasón de los Castro.
En el verano de 1949, el autor de estos párrafos sobre la historia de León, estudió papeles y pergaminos de la casa de su abuela materna Belén Sánchez en Valencia de D. Juan (antigua Coyanza) dónde se celebró (1050) un concilio presidido por el rey Fernando I.
Entre documentos encontrados, destacan tres:
Carta-Ejecutoria Real de Felipe III (1620) certificando la hidalguía de sangre a favor de Juan de Castro, bisnieto de Pedro de Castro, que participó en la guerra de las comunidades en defensa de Carlos I, nieto de los Reyes Católicos. Vecino de Gusendo de los Oteros (León). Escudo del linaje Castro (seis roeles).
Filiación de nobleza de los Solises, concedida (1685) por Carlos II de Austria a Jenadio de Solís de Valencia de Don Juan. Escudo de los Solís.
Carta-Ejecutoria Real de Carlos IV a favor de Fernando Sánchez Pertejo, bisabuelo de Belén Sánchez Martínez, arquitecto y vecino de León, heredero de cinco mayorazgos de hidalguía de sangre. Testamento de Fernando Sánchez (+1838) y Escudo en piedra con el sol de los Solís, rodeado de cuatro cuarteles.
Belén Sánchez, única superviviente de trece hermanos por la difteria, tenía un regular patrimonio agrícola y el abolengo de más de cinco siglos de hidalgos. Se casó con Miguel Zaera, abogado de Salamanca, que brilló en la política de la provincia como conservador monárquico preocupado por las obras sociales. Murió prematuramente (1934), le fallo el corazón probablemente a causa del disgusto por el desastre de la II República. En los años 40 el Ayuntamiento de León le dedicó la calle en los límites del barrio del Ejido, camino obligado a la Candamia del río Torio. A través del paseo de la Granja se llega al pórtico sorprendente de lo que fue la “Estación Agropecuaria Regional”, conocida popularmente por “La Granja”, inaugurada (1927) gracias a las gestiones de Miguel Zaera como Vicepresidente de la Diputación Provincial, diputado por Sahagún y Valencia de Don Juan, presidente del Círculo de la Unión Patriótica en León. La Granja, establecida en terrenos pantanosos y poco aprovechados, fue dirigida por Miguel Zaera con grandes resultados técnicos que apoyaron la labor docente de la tercera Facultad de Veterinaria de España. Hoy es una zona de descanso y ocio, además de grandes bloques de casas de dos alturas. En Valencia de Don Juan, el Ayuntamiento socialista de la Transición, le dedicó también una calle por sus méritos como patrón agrícola y político.
Fuentes :
Luis Alonso Luengo. Don Suero de Quiñones (1943).
Policarpo Mingote. Varones ilustres de León (1880).
Mariano D. Berrueta. Guía de León (1972).
Cita Bíblica (Eclesiastés): Hagamos el elogio de los antepasados de bien. Sus bienes perduran en su descendencia, sus hijos siguen fieles a la Alianza. Su recuerdo dura por siempre. Palabra de Dios.
Fotografías:
Linaje de Castro. Escudo.
Linaje de Solís. Escudo.
Coyanza. Historia.
Coyanza. Castillo.
Belén Sánchez Martínez. Panteón en Valencia de Don Juan.
Belén Sánchez y Miguel Zaera. Viaje de “Luna de miel”.
Miguel Zaera (Salamanca 1876).